En Pienza tiene reconocido prestigio su queso Pecorino, y si lo acompañamos con una copa de Brunello del vecino Montalcino, se puede creer en Dios. Doy fe.
Me ha gustado mucho la aldaba, aunque mis preferidas son esas de manos; y esos cuernos cabriles, por cierto: qué utilidad tenían en la pared de la calle??? quizás para enganchar a los caballos??? en la casa donde crecí había argollas en las paredes de la calle para tal uso...
En este caso me ha llamado la atención la fotografía de la señora mayor con su bicicleta en la que has buscado una serie de elementos que guían la mirada en forma circular. Al menos es lo que a mi me ha pasado, de la señora al perro, del perro al balcón del fondo, del balcón del fondo a la señora y nuevamente a empezar. La aldaba y los cornúpetas, aparte de su valor como detalles, están fotografiados con gran nitidez y sus texturas casi producen sensaciones táctiles. Un abrazo,
La cabeza de toro de la quinta foto es lo de más picassiano que he visto últimamente. Cuesta creer que este hierro tenga varios siglos..., supongo. Pero así es el arte: algunos diseños ibéricos o precolombinos tendrían su sitio en cualquier exposición vanguardista de hoy en día. Y es que el lenguaje del arte es el mismo desde que el hombre es hombre. Ves arte polinesio y caes espatarrado. Picasso sintió fascinación por la escultura africana. La cerámica amerindia es de ensueño. Los griegos no eran mancos. Yo, tampoco. Tú, menos.
Bien vistos todos estos detalles y parece que disfrutado de algunos de ellos jeje. Me quedo con la aldaba, porque con una tapita de queso Pecorino no se puede no??
Buenísimas imagenes; algunas de ellas misteriosas, enigmáticas, como queriendo comunicarse con quienes las vemos y dirigirnos algún mensaje desde algún recóndito plano de vida... ;)
Si señor, una entrada llena de detalles, de muy buenos detalles para recrearse. Claro que también está la imagen de esa señora con la bici o la motocicleta en la calle. Enhorabuena. Un abrazo.
Ya le hubiera gustado a la señora que fuera una motocicleta, era una bici y la cuesta de puerto de montaña, estaba la mujer intentando recuperar el resuello, al pobre. Gracias por tu comentario, amigo.
Todo un trabajo lleno de detalles de esos que no todo el mundo sabe encontrar. Eres un gran observador David.
ResponderEliminarUn abrazo
No se si sere mejor o peor fotografo, pero observador... eso si, lo reconozco. Una mania como cualquier otra, je,je. Abrazos.
EliminarDetalles que muestran esa realidad que casi nunca vemos aislada, siempre confundida con el entorno. Un abrazo, David.
ResponderEliminarTienes razón, Carlos, por eso resulta curiosa cuando la sacamos de su contexto. Me gusta ese proceso. Abrazos, amigo.
EliminarMe ha gustado mucho la aldaba, aunque mis preferidas son esas de manos; y esos cuernos cabriles, por cierto: qué utilidad tenían en la pared de la calle??? quizás para enganchar a los caballos??? en la casa donde crecí había argollas en las paredes de la calle para tal uso...
ResponderEliminarun abrazote
Podria ser, no lo tengo muy claro, algunas sin duda tendrian esa función, como las anillas de las que tu hablas. Vete a saber. Otro para ti ;)
EliminarEn este caso me ha llamado la atención la fotografía de la señora mayor con su bicicleta en la que has buscado una serie de elementos que guían la mirada en forma circular. Al menos es lo que a mi me ha pasado, de la señora al perro, del perro al balcón del fondo, del balcón del fondo a la señora y nuevamente a empezar. La aldaba y los cornúpetas, aparte de su valor como detalles, están fotografiados con gran nitidez y sus texturas casi producen sensaciones táctiles. Un abrazo,
ResponderEliminarLa buena mujer hizo un alto para recuperar el resuello y me lo puso facil, por la espalda, en plan cobarde. ;)
EliminarLa cabeza de toro de la quinta foto es lo de más picassiano que he visto últimamente. Cuesta creer que este hierro tenga varios siglos..., supongo. Pero así es el arte: algunos diseños ibéricos o precolombinos tendrían su sitio en cualquier exposición vanguardista de hoy en día. Y es que el lenguaje del arte es el mismo desde que el hombre es hombre. Ves arte polinesio y caes espatarrado. Picasso sintió fascinación por la escultura africana. La cerámica amerindia es de ensueño. Los griegos no eran mancos. Yo, tampoco. Tú, menos.
ResponderEliminarAbrazos, David.
Estamos de acuerdo una vez mas, el arte da vueltas sobre si mismo desde hace mucho. Un abrazo, Fede.
EliminarBien vistos todos estos detalles y parece que disfrutado de algunos de ellos jeje. Me quedo con la aldaba, porque con una tapita de queso Pecorino no se puede no??
ResponderEliminarSaludos
Je, je, ya me gustaria. No se donde descansa ya el quesito que trajimos. Un saludo, guapa.
EliminarBuenísimas imagenes; algunas de ellas misteriosas, enigmáticas, como queriendo comunicarse con quienes las vemos y dirigirnos algún mensaje desde algún recóndito plano de vida... ;)
ResponderEliminarAbrazo grande,David!
Ja, ja, si, es cierto. Un abrazote, guapa.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi señor, una entrada llena de detalles, de muy buenos detalles para recrearse.
ResponderEliminarClaro que también está la imagen de esa señora con la bici o la motocicleta en la calle.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Ya le hubiera gustado a la señora que fuera una motocicleta, era una bici y la cuesta de puerto de montaña, estaba la mujer intentando recuperar el resuello, al pobre. Gracias por tu comentario, amigo.
EliminarSi que son buenos...y mucho cuerno hay por ahí!!
ResponderEliminarY no os trajisteis un queso?? Seguro que es de eso picones:))
Un beso.
Siiii, un pecorino excelente. Un beso, guapa.
EliminarCrec que esmorzaré un trocet de pa i formatge...
ResponderEliminarQue bona pinta!
Detalls únics...
Abraçades amic!
Cuando lo recuerdo me pongo a segregar, ja,ja. Gracies guapa.
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