No m'agraden les banderes (excepte pels colors i el disseny), però aquesta es una de les excepcions ja que serveix per a tot el món. Una abraçada David
El problema nunca han sido las banderas que, en tanto que señal de una nación, región, ciudad o institución, siempre me han parecido símbolos dignos del mayor respeto. El auténtico problema son las banderías, no las banderas y, al amparo de la que nos muestras, que no es una excepción, también se han cometido y cometen alguna que otra tropelía. ¿Culpa de la bandera?, en absoluto. La culpa siempre es de quien se arropa o más bien se disfraza con ella para servir a sus propios intereses. Un abrazo, David.
Buen encuadre David, esta parece que siempre a unido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Así es Alejandro. Gracias, amigo.
ResponderEliminarun nuevo blog para admirar
ResponderEliminarsaludos desde Miami
Me alegras el día, amiga. Un beso.
EliminarNo m'agraden les banderes (excepte pels colors i el disseny), però aquesta es una de les excepcions ja que serveix per a tot el món.
ResponderEliminarUna abraçada David
Estem d´acord, Josep. Una abraçada.
EliminarEl problema nunca han sido las banderas que, en tanto que señal de una nación, región, ciudad o institución, siempre me han parecido símbolos dignos del mayor respeto. El auténtico problema son las banderías, no las banderas y, al amparo de la que nos muestras, que no es una excepción, también se han cometido y cometen alguna que otra tropelía. ¿Culpa de la bandera?, en absoluto. La culpa siempre es de quien se arropa o más bien se disfraza con ella para servir a sus propios intereses.
ResponderEliminarUn abrazo, David.
Estamos de acuerdo, Miguel. Un abrazo, amigo.
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