Las mujeres yankys sonríen de modo distinto al resto de la Humanidad. Desde bien chico, viendo las pelis de la factoría de sueños californiana, tengo constancia de ello; hasta he leído algún folleto que daba consejos a las girls en edad de merecer de cómo había que sonreír en sociedad si se quería ser una winner in her life: toda una técnica de como mostrar lengua, dientes (only la arcada superior, hasta los primeros molares, aunque a boconas como Julie Roberts les era permitido enseñar los segundos molares e incluso -si la ocasión era suficientemente estimulante- los cordales o muelas del juicio). En los estudios holliwoodienses siempre había un departamento de estomatología que mimaba las encías y mucosas de las estrellas de cine. El afán por mostrar el interior de la boca de las divinas mujeres era tal que se forzaban planos de contrapicado, logrando así que se viera la lengua en su totalidad, la úvula (vulgo "campanilla"), el velo del paladar, la cara interna de las mejillas y hasta el tercio superior de la faringe. Por el contrario no era de buen gusto mostrar la arcada dentaria inferior: una starlett muy prometedora -luego quedó en nada- hubo de limarse los caninos inferiores, que asomaban un poco durante la apertura bucal. Otro caso paradigmático es el de Marlene Dietrich, a quien se le extrajeron varias muelas, aunque en este caso de lo que se trataba era de que destacasen sus bellos pómulos y estilizar un poco su cara, que era al principio un poco regordeta. Con las nuevas técnicas de imagen -que daban una definición mayor a las tomas- se empezó a dar importancia a la textura de labios y lengua, de manera que se desecharon a aspirantes a actriz muy monas por tener unas papilas gustativas poco fotogénicas. Algunas divas que casi nunca sonreían y por tanto encorsetadas en roles de mujer fatal, frecuentemente padecían en secreto no tener una boca al gusto de los refinados yankys. Esto de la lengua (y anexos) daba para otra academia. Y eso que me callo la mayor parte de lo que sé. Si acaso otro día sigo. Salute.
M'encanta la composició. Soc un autèntic fan d'aquest tipus de fotografia tan difícil de captar i enquadrar, ja que depèn d'una dècima de segon que surti o es perdi. Una abraçada David
A mi me lo diras, en la foto buena el señor que estaba haciendo tiempo, quedaba de espaldas a la camara mirando a la chica, pero cuando disparé una encantadora señorita (mal rayo le parta) se interpuso en la escena.
Es muy bonita, David
ResponderEliminarBesos
Gracias Ame.
EliminarUn beso.
;) Muy agradable composición...parece un cartel publicitario de la antiguedad...
ResponderEliminarAbrazo grande y felicidades!
Gracias Maritza.
EliminarUn abrazo, amiga.
Las mujeres yankys sonríen de modo distinto al resto de la Humanidad. Desde bien chico, viendo las pelis de la factoría de sueños californiana, tengo constancia de ello; hasta he leído algún folleto que daba consejos a las girls en edad de merecer de cómo había que sonreír en sociedad si se quería ser una winner in her life: toda una técnica de como mostrar lengua, dientes (only la arcada superior, hasta los primeros molares, aunque a boconas como Julie Roberts les era permitido enseñar los segundos molares e incluso -si la ocasión era suficientemente estimulante- los cordales o muelas del juicio).
ResponderEliminarEn los estudios holliwoodienses siempre había un departamento de estomatología que mimaba las encías y mucosas de las estrellas de cine. El afán por mostrar el interior de la boca de las divinas mujeres era tal que se forzaban planos de contrapicado, logrando así que se viera la lengua en su totalidad, la úvula (vulgo "campanilla"), el velo del paladar, la cara interna de las mejillas y hasta el tercio superior de la faringe. Por el contrario no era de buen gusto mostrar la arcada dentaria inferior: una starlett muy prometedora -luego quedó en nada- hubo de limarse los caninos inferiores, que asomaban un poco durante la apertura bucal. Otro caso paradigmático es el de Marlene Dietrich, a quien se le extrajeron varias muelas, aunque en este caso de lo que se trataba era de que destacasen sus bellos pómulos y estilizar un poco su cara, que era al principio un poco regordeta.
Con las nuevas técnicas de imagen -que daban una definición mayor a las tomas- se empezó a dar importancia a la textura de labios y lengua, de manera que se desecharon a aspirantes a actriz muy monas por tener unas papilas gustativas poco fotogénicas.
Algunas divas que casi nunca sonreían y por tanto encorsetadas en roles de mujer fatal, frecuentemente padecían en secreto no tener una boca al gusto de los refinados yankys.
Esto de la lengua (y anexos) daba para otra academia. Y eso que me callo la mayor parte de lo que sé. Si acaso otro día sigo.
Salute.
Si lo que no sepas tu...
EliminarSalud y feliz verano, amigo Fred.
M'encanta la composició. Soc un autèntic fan d'aquest tipus de fotografia tan difícil de captar i enquadrar, ja que depèn d'una dècima de segon que surti o es perdi.
ResponderEliminarUna abraçada David
A mi me lo diras, en la foto buena el señor que estaba haciendo tiempo, quedaba de espaldas a la camara mirando a la chica, pero cuando disparé una encantadora señorita (mal rayo le parta) se interpuso en la escena.
EliminarUna abraçada, amic.
Una fotografía preciosa precisamente por el contraste que presentas. Muy bien vista.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Miguel.
EliminarUn abrazo, amigo.
Conociendo un poco mis fotos no hace falta decirte que esta me encanta. Estupendas entradas estas últimas. Un abrazo
ResponderEliminarSabía que a ti y a Josep os iba a gustar. Me alegro.
EliminarGracias Uno, un abrazo.
Muy guapas las dos...Mejor ir así por la vida ;)
ResponderEliminarUn beso
Siempre con una sonrisa, di que si.
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