Es rara la escollera en la que no habitan por cientos y lo cierto es que yo me pregunto hasta que punto es bueno. Bien documentado el hecho. Un abrazo,
Es curioso, pero en mi ciudad existe otra colonia de gatos que vive en una escollera como esa, en el puerto deportivo. Eran gatos que vivían en un tinglado ya desaparecido y que comían del pescado que les daban quienes lo recogían de los pesqueros que atracaban en el dique cercano. Cuando se derruyo el edificio los gatos encontraron ese refugio y desde entonces no les falta de nada, pues siempre se ve entre las piedras la comida que les acercan las vecinas del antiguo barrio de pescadores. Saludos a los dos. Y a la parroquia.
Como dice Miguel desde tierras gallegas, rara es la escollera que no tiene su colonia y sus señoras dándoles de comer, y otros quejándose de la inmundicia que eso genera. Queda mejor en fotos.
mmm...maravillosos señores de ojos luminosos, nerviosos y sigilosos....
ResponderEliminarQué tonalidades les has dado,amigo David! Se vuelven miteriosos estos señores de las rocas...
Abrazos y felicidades!
Mil gracias amiga Maritza. Un fuerte abrazo.
EliminarLes fotos son fantàstiques i el processat que has aplicat sensacional!
ResponderEliminarUna abraçada David
Sempre generós, amic Josep. Una forta abraçada.
EliminarEs rara la escollera en la que no habitan por cientos y lo cierto es que yo me pregunto hasta que punto es bueno. Bien documentado el hecho.
ResponderEliminarUn abrazo,
De hecho, resulta bastante desagradable desde el punto de vista sanitario. En fotografía no se nota.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
El primero está "alunado" David.. Seguro que huele divinamente por allí ;-)
ResponderEliminarImaginate, :=(
EliminarMagnifica serie, amigo
ResponderEliminarGracias Ildefonso.
EliminarEs curioso, pero en mi ciudad existe otra colonia de gatos que vive en una escollera como esa, en el puerto deportivo. Eran gatos que vivían en un tinglado ya desaparecido y que comían del pescado que les daban quienes lo recogían de los pesqueros que atracaban en el dique cercano. Cuando se derruyo el edificio los gatos encontraron ese refugio y desde entonces no les falta de nada, pues siempre se ve entre las piedras la comida que les acercan las vecinas del antiguo barrio de pescadores.
ResponderEliminarSaludos a los dos. Y a la parroquia.
Como dice Miguel desde tierras gallegas, rara es la escollera que no tiene su colonia y sus señoras dándoles de comer, y otros quejándose de la inmundicia que eso genera. Queda mejor en fotos.
EliminarUn saludo, amigo.